Sembrando Futuro

Los cuarenta y cinco

de (Escritor), (Traductor)

Narra los entresijos de la sociedad francesa del siglo XVI.

Trece años después de la sangrienta Noche de San Bartolomé, cuarenta y cinco hombres son llamados por el duque de Epernon para formar la guardia del rey, destinados a cumplir una misión que ninguno conoce a ciencia cierta. El monarca, Enrique III, que no ha podido calmar los enfrentamientos políticos y religiosos que perturban el reino de Francia, ha perdido a sus mignons más queridos y languidece de tristeza y de aburrimiento en su corte; mas no hay lugar para la calma. Los cuarenta y cinco pronto se verán involucrados en las intrigas de la corte y jugarán un importante papel en los sucesos que convulsionan el París de la época. Basada en hechos y personajes reales, Dumas narra en Los Cuarenta y cinco estos acontecimientos históricos cerrando así la trilogía de los Valois inspirada en las guerras de religión, a la que preceden La reina Margot y La dama de Monsoreau.  

 

Escritor
Traductor
Colección
Básica de Bolsillo – Serie Clásicos de la literatura francesa
Materia
Lengua y literatura, Narrativa, Contemporánea
Serie
Clásicos Literatura Francesa
Idioma
  • Castellano
EAN
9788446044475
ISBN
978-84-460-4447-5
Fecha publicación
27-04-2017
Páginas
815
Formato
Ebook
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Sobre Alexandre Dumas (Escritor)

  • Alexandre Dumas
    Escritor de novelas, folletines y obras de teatro, Alejadro Dumas (1802-1870) fue uno de los autores más famosos de la Francia del siglo XIX, y que acabó convirtiéndose en un clásico de la literatura gracias a obras como Los tres mosqueteros (1844) o El conde de Montecristo (1845... Ver más sobre Alexandre Dumas

Contenidos

Capítulo I: La puerta Saint-Antoine Capítulo II: Lo que ocurría en el exterior de la puerta Saint-Antoine. Capítulo III: Pasar revista Capítulo IV: El balcón en Grève de S.M. el rey Enrique III Capítulo V: El suplicio Capítulo VI: Los dos Joyeuse Capítulo VII: En qué “La Espada del Orgulloso Caballero” estuvo más acertada que“El Rosal de Amor” Capítulo VIII: Siluetas de gascón Capítulo IX: El señor de Loignac Capítulo X: El hombre de las corazas Capítulo XI: Otra vez la Liga Capítulo XII: La cámara de Su Majestad Enrique III en el Louvre. Capítulo XIII: El dormitorio. Capítulo XIV: La sombra de Chicot Capítulo XV: De la dificultad que tiene un rey para encontrar buenos embajadores Capítulo XVI: Cómo y por qué causa Chicot estaba muerto Capítulo XVII: La serenata Capítulo XVIII: La bolsa de Chicot Capítulo XIX: El Priorato de los Jacobinos Capítulo XX: Los dos amigos Capítulo XXI: Los comensales Capítulo XXII: El hermano Borromeo Capítulo XXIII: La lección Capítulo XXIV: La penitente Capítulo XXV: La emboscada Capítulo XXVI: Los Guisa Capítulo XXVII: En el Louvre Capítulo XXVIII: La revelación. Capítulo XXIX: Dos amigos Capítulo XXX: Sainte-Maline Capítulo XXXI: Cómo el señor de Loignac hizo una alocución a Los Cuarenta y Cinco Capítulo XXXII: Los señores burgueses de París Capítulo XXXIII: El hermano Borromeo Capítulo XXXIV: Chicot latinista Capítulo XXXV: Los cuatro vientos Capítulo XXXVI: Cómo Chicot continuó el viaje y lo que le sucedió Capítulo XXXVII: Tercer día de viaje Capítulo XXXVIII: Ernauton de Carmainges Capítulo XXXIX: El patio de los caballos Capítulo XL: Los siete pecados de María Magdalena Capítulo XLI: Bel-Esbat Capítulo XLII: La carta del señor de Mayenne Capítulo XLIII: Cómo Dom Modesto Gorenflot bendice al rey a su paso por delante del priorato de los Jacobinos. Capítulo XLIV: Cómo Chicot bendice al rey Luis XI por haber inventado la Posta, y cómo decide aprovecharse de esa invención. Capítulo XLV: Cómo el rey de Navarra adivinó que Turennius quería decir Turenne, y Margota, Margot. Capítulo XLVI: El sendero de los tres mil pasos Capítulo XLVII: El gabinete de Margarita Capítulo XLVIII: Glosando la traducción Capítulo XLIX: El embajador de España Capítulo L: Los pobres del rey de Navarra Capítulo LI: La verdadera amante del rey de Navarra Capítulo LII: Del asombro de Chicot al verse tan popular en la ciudad de Nérac Capítulo LIII: El montero mayor del rey de Navarra Capítulo LIV: Cómo se cazaba al lobo en Navarra Capítulo LV: Cómo se comportó el rey Enrique de Navarra la primera vez que vio abrir fuego Capítulo LVI: Lo que ocurría en el Louvre, poco más o menos al mismo tiempo que Chicot entraba en la ciudad de Nerac. Capítulo LVII: Penacho rojo, penacho blanco. Capítulo LVIII: La puerta se abre. Capítulo LIX: Cómo amaba una gran dama en el año de gracia de 1586. Capítulo LX: Cómo Sainte-Maline entró en la torrecilla y de lo que de ello resultó Capítulo LXI: Lo que ocurría en la casa misteriosa Capítulo LXII: El laboratorio Capítulo LXIII: Lo que hacía en Flandes monseñor Francisco de Francia, duque d'Anjou y de Brabante, conde de Flandes. Capítulo LXIV: Preparativos de batalla Capítulo LXV: Monseñor Capítulo LXVI: Franceses y Flamencos Capítulo LXVII: Los viajeros Capítulo LXVIII: Explicación Capítulo LXIX: El agua Capítulo LXX: La huida Capítulo LXXI: Transfiguración Capítulo LXXII: Los dos hermanos Capítulo LXXIII: La expedición Capítulo LXXIV: Aemilius Paulus Capítulo LXXV: Uno de los recuerdos del duque d'Anjou Capítulo LXXVI: Seducción Capítulo LXXVII: El viaje Capítulo LXXVIII: Cómo el rey Enrique III no invitó a Crillon a almorzar, y cómo Chicot se invitó solo. Capítulo LXXIX: Cómo después de recibir las noticias del Sur, Enrique recibió las del Norte. Capítulo LXXX: Los dos compadres Capítulo LXXXI: El cuerno de la abundancia Capítulo LXXXII: Lo que sucedió en el habitáculo de maese Bonhomet Capítulo LXXXIII: El marido y el amante Capítulo LXXXIV: Cómo Chicot comenzó a ver claro en la carta de monseñor de Guisa. Capítulo LXXXV: El cardenal de Joyeuse Capítulo LXXXVI: Noticias de Aurilly Capítulo LXXXVII: Duda Capítulo LXXXVIII: Certeza Capítulo LXXXIX: Fatalidad Capítulo XC: Las Hermanas Hospitalarias Capítulo XCI: Su Alteza Monseñor el duque de Guisa ÍNDICE Capítulo I: La puerta Saint-Antoine Capítulo II: Lo que ocurría en el exterior de la puerta Saint-Antoine. Capítulo III: Pasar revista Capítulo IV: El balcón en Grève de S.M. el rey Enrique III Capítulo V: El suplicio Capítulo VI: Los dos Joyeuse Capítulo VII: En qué “La Espada del Orgulloso Caballero” estuvo más acertada que“El Rosal de Amor” Capítulo VIII: Siluetas de gascón Capítulo IX: El señor de Loignac Capítulo X: El hombre de las corazas Capítulo XI: Otra vez la Liga Capítulo XII: La cámara de Su Majestad Enrique III en el Louvre. Capítulo XIII: El dormitorio. Capítulo XIV: La sombra de Chicot Capítulo XV: De la dificultad que tiene un rey para encontrar buenos embajadores Capítulo XVI: Cómo y por qué causa Chicot estaba muerto Capítulo XVII: La serenata Capítulo XVIII: La bolsa de Chicot Capítulo XIX: El Priorato de los Jacobinos Capítulo XX: Los dos amigos Capítulo XXI: Los comensales Capítulo XXII: El hermano Borromeo Capítulo XXIII: La lección Capítulo XXIV: La penitente Capítulo XXV: La emboscada Capítulo XXVI: Los Guisa Capítulo XXVII: En el Louvre Capítulo XXVIII: La revelación. Capítulo XXIX: Dos amigos Capítulo XXX: Sainte-Maline Capítulo XXXI: Cómo el señor de Loignac hizo una alocución a Los Cuarenta y Cinco Capítulo XXXII: Los señores burgueses de París Capítulo XXXIII: El hermano Borromeo Capítulo XXXIV: Chicot latinista Capítulo XXXV: Los cuatro vientos Capítulo XXXVI: Cómo Chicot continuó el viaje y lo que le sucedió Capítulo XXXVII: Tercer día de viaje Capítulo XXXVIII: Ernauton de Carmainges Capítulo XXXIX: El patio de los caballos Capítulo XL: Los siete pecados de María Magdalena Capítulo XLI: Bel-Esbat Capítulo XLII: La carta del señor de Mayenne Capítulo XLIII: Cómo Dom Modesto Gorenflot bendice al rey a su paso por delante del priorato de los Jacobinos. Capítulo XLIV: Cómo Chicot bendice al rey Luis XI por haber inventado la Posta, y cómo decide aprovecharse de esa invención. Capítulo XLV: Cómo el rey de Navarra adivinó que Turennius quería decir Turenne, y Margota, Margot. Capítulo XLVI: El sendero de los tres mil pasos Capítulo XLVII: El gabinete de Margarita Capítulo XLVIII: Glosando la traducción Capítulo XLIX: El embajador de España Capítulo L: Los pobres del rey de Navarra Capítulo LI: La verdadera amante del rey de Navarra Capítulo LII: Del asombro de Chicot al verse tan popular en la ciudad de Nérac Capítulo LIII: El montero mayor del rey de Navarra Capítulo LIV: Cómo se cazaba al lobo en Navarra Capítulo LV: Cómo se comportó el rey Enrique de Navarra la primera vez que vio abrir fuego Capítulo LVI: Lo que ocurría en el Louvre, poco más o menos al mismo tiempo que Chicot entraba en la ciudad de Nerac. Capítulo LVII: Penacho rojo, penacho blanco. Capítulo LVIII: La puerta se abre. Capítulo LIX: Cómo amaba una gran dama en el año de gracia de 1586. Capítulo LX: Cómo Sainte-Maline entró en la torrecilla y de lo que de ello resultó Capítulo LXI: Lo que ocurría en la casa misteriosa Capítulo LXII: El laboratorio Capítulo LXIII: Lo que hacía en Flandes monseñor Francisco de Francia, duque d'Anjou y de Brabante, conde de Flandes. Capítulo LXIV: Preparativos de batalla Capítulo LXV: Monseñor Capítulo LXVI: Franceses y Flamencos Capítulo LXVII: Los viajeros Capítulo LXVIII: Explicación Capítulo LXIX: El agua Capítulo LXX: La huida Capítulo LXXI: Transfiguración Capítulo LXXII: Los dos hermanos Capítulo LXXIII: La expedición Capítulo LXXIV: Aemilius Paulus Capítulo LXXV: Uno de los recuerdos del duque d'Anjou Capítulo LXXVI: Seducción Capítulo LXXVII: El viaje Capítulo LXXVIII: Cómo el rey Enrique III no invitó a Crillon a almorzar, y cómo Chicot se invitó solo. Capítulo LXXIX: Cómo después de recibir las noticias del Sur, Enrique recibió las del Norte. Capítulo LXXX: Los dos compadres Capítulo LXXXI: El cuerno de la abundancia Capítulo LXXXII: Lo que sucedió en el habitáculo de maese Bonhomet Capítulo LXXXIII: El marido y el amante Capítulo LXXXIV: Cómo Chicot comenzó a ver claro en la carta de monseñor de Guisa. Capítulo LXXXV: El cardenal de Joyeuse Capítulo LXXXVI: Noticias de Aurilly Capítulo LXXXVII: Duda Capítulo LXXXVIII: Certeza Capítulo LXXXIX: Fatalidad Capítulo XC: Las Hermanas Hospitalarias Capítulo XCI: Su Alteza Monseñor el duque de Guisa ÍNDICE Capítulo I: La puerta Saint-Antoine Capítulo II: Lo que ocurría en el exterior de la puerta Saint-Antoine. Capítulo III: Pasar revista Capítulo IV: El balcón en Grève de S.M. el rey Enrique III Capítulo V: El suplicio Capítulo VI: Los dos Joyeuse Capítulo VII: En qué “La Espada del Orgulloso Caballero” estuvo más acertada que“El Rosal de Amor” Capítulo VIII: Siluetas de gascón Capítulo IX: El señor de Loignac Capítulo X: El hombre de las corazas Capítulo XI: Otra vez la Liga Capítulo XII: La cámara de Su Majestad Enrique III en el Louvre. Capítulo XIII: El dormitorio. Capítulo XIV: La sombra de Chicot Capítulo XV: De la dificultad que tiene un rey para encontrar buenos embajadores Capítulo XVI: Cómo y por qué causa Chicot estaba muerto Capítulo XVII: La serenata Capítulo XVIII: La bolsa de Chicot Capítulo XIX: El Priorato de los Jacobinos Capítulo XX: Los dos amigos Capítulo XXI: Los comensales Capítulo XXII: El hermano Borromeo Capítulo XXIII: La lección Capítulo XXIV: La penitente Capítulo XXV: La emboscada Capítulo XXVI: Los Guisa Capítulo XXVII: En el Louvre Capítulo XXVIII: La revelación. Capítulo XXIX: Dos amigos Capítulo XXX: Sainte-Maline Capítulo XXXI: Cómo el señor de Loignac hizo una alocución a Los Cuarenta y Cinco Capítulo XXXII: Los señores burgueses de París Capítulo XXXIII: El hermano Borromeo Capítulo XXXIV: Chicot latinista Capítulo XXXV: Los cuatro vientos Capítulo XXXVI: Cómo Chicot continuó el viaje y lo que le sucedió Capítulo XXXVII: Tercer día de viaje Capítulo XXXVIII: Ernauton de Carmainges Capítulo XXXIX: El patio de los caballos Capítulo XL: Los siete pecados de María Magdalena Capítulo XLI: Bel-Esbat Capítulo XLII: La carta del señor de Mayenne Capítulo XLIII: Cómo Dom Modesto Gorenflot bendice al rey a su paso por delante del priorato de los Jacobinos. Capítulo XLIV: Cómo Chicot bendice al rey Luis XI por haber inventado la Posta, y cómo decide aprovecharse de esa invención. Capítulo XLV: Cómo el rey de Navarra adivinó que Turennius quería decir Turenne, y Margota, Margot. Capítulo XLVI: El sendero de los tres mil pasos Capítulo XLVII: El gabinete de Margarita Capítulo XLVIII: Glosando la traducción Capítulo XLIX: El embajador de España Capítulo L: Los pobres del rey de Navarra Capítulo LI: La verdadera amante del rey de Navarra Capítulo LII: Del asombro de Chicot al verse tan popular en la ciudad de Nérac Capítulo LIII: El montero mayor del rey de Navarra Capítulo LIV: Cómo se cazaba al lobo en Navarra Capítulo LV: Cómo se comportó el rey Enrique de Navarra la primera vez que vio abrir fuego Capítulo LVI: Lo que ocurría en el Louvre, poco más o menos al mismo tiempo que Chicot entraba en la ciudad de Nerac. Capítulo LVII: Penacho rojo, penacho blanco. Capítulo LVIII: La puerta se abre. Capítulo LIX: Cómo amaba una gran dama en el año de gracia de 1586. Capítulo LX: Cómo Sainte-Maline entró en la torrecilla y de lo que de ello resultó Capítulo LXI: Lo que ocurría en la casa misteriosa Capítulo LXII: El laboratorio Capítulo LXIII: Lo que hacía en Flandes monseñor Francisco de Francia, duque d'Anjou y de Brabante, conde de Flandes. Capítulo LXIV: Preparativos de batalla Capítulo LXV: Monseñor Capítulo LXVI: Franceses y Flamencos Capítulo LXVII: Los viajeros Capítulo LXVIII: Explicación Capítulo LXIX: El agua Capítulo LXX: La huida Capítulo LXXI: Transfiguración Capítulo LXXII: Los dos hermanos Capítulo LXXIII: La expedición Capítulo LXXIV: Aemilius Paulus Capítulo LXXV: Uno de los recuerdos del duque d'Anjou Capítulo LXXVI: Seducción Capítulo LXXVII: El viaje Capítulo LXXVIII: Cómo el rey Enrique III no invitó a Crillon a almorzar, y cómo Chicot se invitó solo. Capítulo LXXIX: Cómo después de recibir las noticias del Sur, Enrique recibió las del Norte. Capítulo LXXX: Los dos compadres Capítulo LXXXI: El cuerno de la abundancia Capítulo LXXXII: Lo que sucedió en el habitáculo de maese Bonhomet Capítulo LXXXIII: El marido y el amante Capítulo LXXXIV: Cómo Chicot comenzó a ver claro en la carta de monseñor de Guisa. Capítulo LXXXV: El cardenal de Joyeuse Capítulo LXXXVI: Noticias de Aurilly Capítulo LXXXVII: Duda Capítulo LXXXVIII: Certeza Capítulo LXXXIX: Fatalidad Capítulo XC: Las Hermanas Hospitalarias Capítulo XCI: Su Alteza Monseñor el duque de Guisa ÍNDICE Capítulo I: La puerta Saint-Antoine Capítulo II: Lo que ocurría en el exterior de la puerta Saint-Antoine. Capítulo III: Pasar revista Capítulo IV: El balcón en Grève de S.M. el rey Enrique III Capítulo V: El suplicio Capítulo VI: Los dos Joyeuse Capítulo VII: En qué “La Espada del Orgulloso Caballero” estuvo más acertada que“El Rosal de Amor” Capítulo VIII: Siluetas de gascón Capítulo IX: El señor de Loignac Capítulo X: El hombre de las corazas Capítulo XI: Otra vez la Liga Capítulo XII: La cámara de Su Majestad Enrique III en el Louvre. Capítulo XIII: El dormitorio. Capítulo XIV: La sombra de Chicot Capítulo XV: De la dificultad que tiene un rey para encontrar buenos embajadores Capítulo XVI: Cómo y por qué causa Chicot estaba muerto Capítulo XVII: La serenata Capítulo XVIII: La bolsa de Chicot Capítulo XIX: El Priorato de los Jacobinos Capítulo XX: Los dos amigos Capítulo XXI: Los comensales Capítulo XXII: El hermano Borromeo Capítulo XXIII: La lección Capítulo XXIV: La penitente Capítulo XXV: La emboscada Capítulo XXVI: Los Guisa Capítulo XXVII: En el Louvre Capítulo XXVIII: La revelación. Capítulo XXIX: Dos amigos Capítulo XXX: Sainte-Maline Capítulo XXXI: Cómo el señor de Loignac hizo una alocución a Los Cuarenta y Cinco Capítulo XXXII: Los señores burgueses de París Capítulo XXXIII: El hermano Borromeo Capítulo XXXIV: Chicot latinista Capítulo XXXV: Los cuatro vientos Capítulo XXXVI: Cómo Chicot continuó el viaje y lo que le sucedió Capítulo XXXVII: Tercer día de viaje Capítulo XXXVIII: Ernauton de Carmainges Capítulo XXXIX: El patio de los caballos Capítulo XL: Los siete pecados de María Magdalena Capítulo XLI: Bel-Esbat Capítulo XLII: La carta del señor de Mayenne Capítulo XLIII: Cómo Dom Modesto Gorenflot bendice al rey a su paso por delante del priorato de los Jacobinos. Capítulo XLIV: Cómo Chicot bendice al rey Luis XI por haber inventado la Posta, y cómo decide aprovecharse de esa invención. Capítulo XLV: Cómo el rey de Navarra adivinó que Turennius quería decir Turenne, y Margota, Margot. Capítulo XLVI: El sendero de los tres mil pasos Capítulo XLVII: El gabinete de Margarita Capítulo XLVIII: Glosando la traducción Capítulo XLIX: El embajador de España Capítulo L: Los pobres del rey de Navarra Capítulo LI: La verdadera amante del rey de Navarra Capítulo LII: Del asombro de Chicot al verse tan popular en la ciudad de Nérac Capítulo LIII: El montero mayor del rey de Navarra Capítulo LIV: Cómo se cazaba al lobo en Navarra Capítulo LV: Cómo se comportó el rey Enrique de Navarra la primera vez que vio abrir fuego Capítulo LVI: Lo que ocurría en el Louvre, poco más o menos al mismo tiempo que Chicot entraba en la ciudad de Nerac. Capítulo LVII: Penacho rojo, penacho blanco. Capítulo LVIII: La puerta se abre. Capítulo LIX: Cómo amaba una gran dama en el año de gracia de 1586. Capítulo LX: Cómo Sainte-Maline entró en la torrecilla y de lo que de ello resultó Capítulo LXI: Lo que ocurría en la casa misteriosa Capítulo LXII: El laboratorio Capítulo LXIII: Lo que hacía en Flandes monseñor Francisco de Francia, duque d'Anjou y de Brabante, conde de Flandes. Capítulo LXIV: Preparativos de batalla Capítulo LXV: Monseñor Capítulo LXVI: Franceses y Flamencos Capítulo LXVII: Los viajeros Capítulo LXVIII: Explicación Capítulo LXIX: El agua Capítulo LXX: La huida Capítulo LXXI: Transfiguración Capítulo LXXII: Los dos hermanos Capítulo LXXIII: La expedición Capítulo LXXIV: Aemilius Paulus Capítulo LXXV: Uno de los recuerdos del duque d'Anjou Capítulo LXXVI: Seducción Capítulo LXXVII: El viaje Capítulo LXXVIII: Cómo el rey Enrique III no invitó a Crillon a almorzar, y cómo Chicot se invitó solo. Capítulo LXXIX: Cómo después de recibir las noticias del Sur, Enrique recibió las del Norte. Capítulo LXXX: Los dos compadres Capítulo LXXXI: El cuerno de la abundancia Capítulo LXXXII: Lo que sucedió en el habitáculo de maese Bonhomet Capítulo LXXXIII: El marido y el amante Capítulo LXXXIV: Cómo Chicot comenzó a ver claro en la carta de monseñor de Guisa. Capítulo LXXXV: El cardenal de Joyeuse Capítulo LXXXVI: Noticias de Aurilly Capítulo LXXXVII: Duda Capítulo LXXXVIII: Certeza Capítulo LXXXIX: Fatalidad Capítulo XC: Las Hermanas Hospitalarias Capítulo XCI: Su Alteza Monseñor el duque de Guisa Capítulo I: La puerta Saint-Antoine Capítulo II: Lo que ocurría en el exterior de la puerta Saint-Antoine. Capítulo III: Pasar revista Capítulo IV: El balcón en Grève de S.M. el rey Enrique III Capítulo V: El suplicio Capítulo VI: Los dos Joyeuse Capítulo VII: En qué “La Espada del Orgulloso Caballero” estuvo más acertada que“El Rosal de Amor” Capítulo VIII: Siluetas de gascón Capítulo IX: El señor de Loignac Capítulo X: El hombre de las corazas Capítulo XI: Otra vez la Liga Capítulo XII: La cámara de Su Majestad Enrique III en el Louvre. Capítulo XIII: El dormitorio. Capítulo XIV: La sombra de Chicot Capítulo XV: De la dificultad que tiene un rey para encontrar buenos embajadores Capítulo XVI: Cómo y por qué causa Chicot estaba muerto Capítulo XVII: La serenata Capítulo XVIII: La bolsa de Chicot Capítulo XIX: El Priorato de los Jacobinos Capítulo XX: Los dos amigos Capítulo XXI: Los comensales Capítulo XXII: El hermano Borromeo Capítulo XXIII: La lección Capítulo XXIV: La penitente Capítulo XXV: La emboscada Capítulo XXVI: Los Guisa Capítulo XXVII: En el Louvre Capítulo XXVIII: La revelación. Capítulo XXIX: Dos amigos Capítulo XXX: Sainte-Maline Capítulo XXXI: Cómo el señor de Loignac hizo una alocución a Los Cuarenta y Cinco Capítulo XXXII: Los señores burgueses de París Capítulo XXXIII: El hermano Borromeo Capítulo XXXIV: Chicot latinista Capítulo XXXV: Los cuatro vientos Capítulo XXXVI: Cómo Chicot continuó el viaje y lo que le sucedió Capítulo XXXVII: Tercer día de viaje Capítulo XXXVIII: Ernauton de Carmainges Capítulo XXXIX: El patio de los caballos Capítulo XL: Los siete pecados de María Magdalena Capítulo XLI: Bel-Esbat Capítulo XLII: La carta del señor de Mayenne Capítulo XLIII: Cómo Dom Modesto Gorenflot bendice al rey a su paso por delante del priorato de los Jacobinos. Capítulo XLIV: Cómo Chicot bendice al rey Luis XI por haber inventado la Posta, y cómo decide aprovecharse de esa invención. Capítulo XLV: Cómo el rey de Navarra adivinó que Turennius quería decir Turenne, y Margota, Margot. Capítulo XLVI: El sendero de los tres mil pasos Capítulo XLVII: El gabinete de Margarita Capítulo XLVIII: Glosando la traducción Capítulo XLIX: El embajador de España Capítulo L: Los pobres del rey de Navarra Capítulo LI: La verdadera amante del rey de Navarra Capítulo LII: Del asombro de Chicot al verse tan popular en la ciudad de Nérac Capítulo LIII: El montero mayor del rey de Navarra Capítulo LIV: Cómo se cazaba al lobo en Navarra Capítulo LV: Cómo se comportó el rey Enrique de Navarra la primera vez que vio abrir fuego Capítulo LVI: Lo que ocurría en el Louvre, poco más o menos al mismo tiempo que Chicot entraba en la ciudad de Nerac. Capítulo LVII: Penacho rojo, penacho blanco. Capítulo LVIII: La puerta se abre. Capítulo LIX: Cómo amaba una gran dama en el año de gracia de 1586. Capítulo LX: Cómo Sainte-Maline entró en la torrecilla y de lo que de ello resultó Capítulo LXI: Lo que ocurría en la casa misteriosa Capítulo LXII: El laboratorio Capítulo LXIII: Lo que hacía en Flandes monseñor Francisco de Francia, duque d'Anjou y de Brabante, conde de Flandes. Capítulo LXIV: Preparativos de batalla Capítulo LXV: Monseñor Capítulo LXVI: Franceses y Flamencos Capítulo LXVII: Los viajeros Capítulo LXVIII: Explicación Capítulo LXIX: El agua Capítulo LXX: La huida Capítulo LXXI: Transfiguración Capítulo LXXII: Los dos hermanos Capítulo LXXIII: La expedición Capítulo LXXIV: Aemilius Paulus Capítulo LXXV: Uno de los recuerdos del duque d'Anjou Capítulo LXXVI: Seducción Capítulo LXXVII: El viaje Capítulo LXXVIII: Cómo el rey Enrique III no invitó a Crillon a almorzar, y cómo Chicot se invitó solo. Capítulo LXXIX: Cómo después de recibir las noticias del Sur, Enrique recibió las del Norte. Capítulo LXXX: Los dos compadres Capítulo LXXXI: El cuerno de la abundancia Capítulo LXXXII: Lo que sucedió en el habitáculo de maese Bonhomet Capítulo LXXXIII: El marido y el amante Capítulo LXXXIV: Cómo Chicot comenzó a ver claro en la carta de monseñor de Guisa. Capítulo LXXXV: El cardenal de Joyeuse Capítulo LXXXVI: Noticias de Aurilly Capítulo LXXXVII: Duda Capítulo LXXXVIII: Certeza Capítulo LXXXIX: Fatalidad Capítulo XC: Las Hermanas Hospitalarias Capítulo XCI: Su Alteza Monseñor el duque de Guisa

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